Cuadro tarifario para 2022 y 2023- Pautas acordadas con el FMI
El Gobierno anunció cómo se moverán las tarifas de los servicios públicos de luz y gas en 2022 y 2023, en función de lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).-
El 10 por ciento de los hogares de mayor poder adquisitivo tendrá fuertes aumentos porque dejarán de percibir subsidios, mientras que la población que actualmente recibe tarifa social enfrentará este año un aumento del orden del 21 por ciento. El resto tendrá subas del 42 por ciento. Los incrementos se definen de acuerdo a la aplicación de un porcentaje sobre el coeficiente de variación salarial del año anterior.-
Para los Grandes Usuarios de Distribuidor (GUDI) aplicaría la tarifa plena del servicio, lo cual no implica un cambio muy relevante en relación a la situación actual, mientras que para el resto de los usuarios no residenciales, entre los cuales están las pymes y los comercios, «se procederá con una revisión tarifaria según la propuesta definida en la audiencia pública», indicó el Gobierno.-
Apenas antes del envío del proyecto de ley para que el Congreso otorgue el visto bueno al Ejecutivo para avanzar en la concreción de un nuevo crédito con el FMI, que permita repagar el mega préstamo de 2018, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, dio detalles sobre el futuro de las tarifas, un segmento clave del esquema fiscal, que a su vez es uno de los elementos troncales del acuerdo con el organismo. Luego de la conferencia de la vocera, el Gobierno y el FMI difundieron un comunicado en donde se profundiza en los detalles del acuerdo general.-
En el capítulo energético, uno de los puntos del comunicado advierte que el Gobierno se compromete a «asegurar que, con el tiempo, las tarifas energéticas de los consumidores finales residenciales y no residenciales reflejen mejor, y de manera más predecible, los costos mayoristas del gas y la electricidad». Esto permite entrever que a partir del 2024 podría ampliarse el grupo de usuarios con quitas de subsidios en las tarifas.
«El esfuerzo estatal se concentrará en aquellos usuarios vulnerables y con menor capacidad de pago e incentivando la adopción de medidas que induzcan al uso racional de los servicios», dijo Cerruti. La funcionaria adelantó que a fines de abril se convocará a una audiencia pública para terminar de validar este sendero tarifario, que correrá para el bienio 2022-2023. Del resultado de ese encuentro saldrá la suba tarifaria final, aunque una parte de ese incremento ya fue aplicado desde marzo, con el alza del 17 al 20 por ciento en las facturas finales a raíz de las actualizaciones autorizadas en transporte y distribución.-
La segmentación para el bienio 2022-2023, en función de lo acordado con el FMI, implica que habrá «usuarios que dejarán de ser beneficiarios del subsidio al consumo energético en función de su plena capacidad de pago». En estos casos, que abarcan al 10 por ciento de los hogares de mayor poder adquisitivo, según lo que dijo el presidente Alberto Fernández, habrá fuertes aumentos en las boletas, dados por el pago pleno del costo de generación eléctrica y del precio del gas en boca de pozo.
Por otro lado, los usuarios beneficiarios de la tarifa social recibirán un incremento total en su factura para cada año calendario que será equivalente al 40 por ciento del coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior. Por ejemplo, el año pasado registró un incremento del CVS del 53,4 por ciento. El 40 por ciento de ese incremento es igual al 21,4 por ciento, que es lo que subirían las tarifas este año para los usuarios beneficiarios de la tarifa social.
Para el resto de los usuarios, es decir, aquellos que no están dentro del grupo de mayor poder adquisitivo, a quienes se les quita el subsidio, pero tampoco entre los beneficiarios de la tarifa social, el incremento total en la factura para cada año calendario será equivalente al 80 por ciento del CVS correspondiente al año anterior. De modo que las subas en las boletas serían del 42,7 por ciento.
«Durante los años 2022 y 2023 no podrán contemplarse otros incrementos por encima de los topes previstos, para las categorías de segmentación de usuarios –es decir aquellos que siguen recibiendo subsidios– si el gobierno realiza una implementación exitosa del esquema de segmentación propuesto», dijo Cerruti.
La evolución tarifaria conforme al CVS remite al esquema que proponía la ley 27.443, votada en 2018 por la oposición política al Gobierno de aquel momento de Mauricio Macri, en plena etapa de fuertes tarifazos. Sin embargo, dicha norma fue vetada por el propio Macri. «Utilizaremos ese mismo indicador, pero estableciendo que la evolución de las tarifas estará claramente por debajo de la evolución de los salarios. Así, alineamos el tema de las tarifas con una política clara para recomponer los ingresos en términos reales”, aseguró el presidente, Alberto Fernández, días atrás en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.-
Una guerra inesperada y su impacto económico en los precios récord de la energía y cereales en Argentina
La invasión de Rusia a Ucrania tiene impacto económico a escala global. El conflicto bélico tendrá consecuencias en Argentina.- Desde el equipo económico del Gobierno ya se están “recalculando” proyecciones económicas en medio del cierre del acuerdo con el FMI. En el corto plazo, hay un alza del precio internacional de productos agrícolas (soja, maíz y trigo) pero también de la energía (petróleo y gas, especialmente el Gas Natural Licuado-GNL-).-
Así, el mayor déficit energético por la suba de los precios internacionales de la energía puede ser más que compensado por el ingreso de agro-dólares. Las dudas están enfocadas en el crecimiento del PBI y en el frente fiscal si es posible achicar la “mochila” de subsidios energéticos en este contexto.-
Ante una mayor incertidumbre global las decisiones económicas de consumo o inversión de familias y empresas se posponen y algunas se frenan por completo, los inversores buscan posicionarse en activos de menor riesgo. La disparada de los precios de la energía, además, reduce el ingreso disponible, la demanda mundial en un contexto de alta inflación ahora impulsada por el shock de oferta. La economía global se empieza a “enfriar”. El primer impacto del conflicto bélico Rusia-Ucrania será un menor crecimiento esperado del PBI mundial.
Según las últimas proyecciones del FMI, la economía mundial se encaminaba a un año con un 4,4% de expansión del PBI. Sin embargo, el conflicto Rusia –Ucrania impactará en el crecimiento global y dependiendo de la magnitud y especialmente de la duración del conflicto bélico se revisará a la baja las proyecciones de crecimiento mundial.
Ante un menor crecimiento para el mundo es más difícil que Argentina pueda alcanzar el 3,5%/4,5% del PBI crecimiento para 2022 proyectado en el acuerdo con el FMI.
El impacto de la invasión de Rusia a Ucrania vía canal del comercio exterior para Argentina es acotada ya que las exportaciones argentinas a Rusia fueron de sólo 650 millones de dólares en 2021 (0,8% de las exportaciones de Argentina) y las exportaciones a Ucrania son marginales.
El mayor efecto se dará a través del mercado financiero y vía disparada en los precios internacionales de los productos agrícolas y de la energía (gas y petróleo).
Debemos recordar que Rusia y Ucrania concentran el 29% de la producción de trigo y 20% de maíz y 89% del aceite de girasol del mundo. Y además, Rusia suministra el 37% del gas que importa toda la Unión Europea.
En Europa prácticamente se multiplico por 4 el precio del Gas Natural Licuado (GNL) y el precio internacional del petróleo está en casi U$S 100 por barril.
En Argentina habrá un doble impacto por la suba en los precios internacionales de la energía y de los productos agrícolas.
Por un a lado, la disparada de los precios de la energía incrementará las importaciones de gas GNL e incrementará el déficit energético. Los súper – precios agrícolas, especialmente de la soja, elevaran la generación de agro-dólares.
En 2021, Argentina volvió a tener déficit energético por U$S 628 millones. Importó energía por U$S 5.843 millones de dólares y exportó por U$S 5.215 millones.
Además, el incremento en los precios de la energía también impactan en las cuentas fiscales .Ya que a mayor costo de energía, mayores subsidios energéticos, que en 2021 alcanzaron a 2,3% del PBI-.
La caída en oferta de trigo, maíz y girasol debido al conflicto bélico, dispara sus precios internacionales (que ya estaban altos por la debilidad del dólar a nivel global) y también incrementará los precios a de la soja; en este contexto los comoditis de los cereales están cotizando a precios que no eran pensados a corto plazo.-
En términos de los dólares, la Argentina más que compensaría el incremento del déficit energético con una soja cerca de los U$S 600 por tonelada.
La suba de los precios de la energía impacta fuerte en la importación de Gas Natural Licuado (GNL). Argentina en 2021 importó gas – vía buques regasificadores- , para abastecer la demanda “pico” del invierno (cerca de 131 Millones de BTU de gas), por 1.095 millones de dólares,
A un precio promedio de 8,33 dólares por millón de BTU. Si suponemos que el precio final para el próximo invierno terminará cerca de los 27 dólares por millón de BTU.
El costo de importación del GNL para 2022 será de u$s 3.500 millones. Es decir, que Argentina deberá afrontar pagos adicionales por algo de U$S 2.400 millones, respecto a 2021.
Sin embargo, debemos descontar un incremento de las exportaciones de energía que estimamos en un escenario conservador (+25%) de U$S 1.300 millones. Es decir, el efecto neto en el déficit energético será de U$S 1.100 millones.
Asimismo, por el lado de la generación de agro-dólares un precio de la soja que pase de U$S 550 a U$S 600 por tonelada – con una cosecha de 42 millones de toneladas en 2022- implican un ingreso extra de U$S 2.100 millones.
Consecuentemente, el efecto total neto en el balance de dólares argentina se vería beneficiado, con el conflicto Rusia –Ucrania, en U$S 1.000 millones El punto clave y que estará en discusión con el FMI es cómo impacta el mayor costo de la energía en las cuentas fiscales. Ya que a mayor costo de la energía, mayores serán los “subsidios energéticos”. Estimamos que esta disparada en el precio de la energía puede incrementar en 0,3% del PBI a la “mochila” de los subsidios económicos. Así, se dificulta más lograr cumplir con el 2,5% del PBI de déficit primario acordado con el FMI.